viernes, 19 de septiembre de 2014

Deporte, ¿inversión o gasto?

Publicado en La Voz de Galicia el 18 de septiembre de 2014 (edición Ourense)


Por definición una inversión supone la compra de un activo con la intención de que nos proporcione algún beneficio en el futuro, frente al gasto que se puede entender como la simple compra de un bien.

Si aplicamos las definiciones de inversión y gasto a las aportaciones económicas que realizan las juntas autonómicas, diputaciones o ayuntamientos, a los equipos deportivos profesionales o a los organizadores de eventos deportivos, de tipo Copas del Mundo, vueltas ciclistas o competiciones de motor, surge una gran dificultad para saber si las aportaciones públicas son inversión o simple gasto. 
También es verdad que la organización de eventos deportivos suele tener un gran retorno socioeconómico para el territorio que lo organiza, pero habría que analizar el efecto que tendría dicha inversión destinada directamente a necesidades fundamentales de la sociedad, educación o sanidad, y analizar qué retornos nos interesan realmente.

Un equipo profesional o una entidad que se dedique profesionalmente a la organización de eventos, que por definición tienen ánimo de lucro y por tanto la búsqueda de beneficio para sus socios o accionistas, no deberían absorber recursos públicos a fondo perdido, dichos recursos se deberían invertir para la búsqueda beneficios en la sociedad a largo plazo, en general. Si finalmente los dirigentes siguiesen queriendo proporcionar ocio a los ciudadanos, tal vez deberían aplicar fórmulas de financiación alternativas, como se están aplicando al I+D+i, por medio de créditos blandos e interesantes periodos de carencia, pero con la obligación de retornar el capital y con responsabilidad sobre dichos fondos, por parte de los directivos de las sociedades beneficiarias.

Si en algún momento nuestros legisladores y dirigentes sienten la necesidad de apoyar al deporte, quizás, tan solo deberían plantearse invertir en equipos de base y escuelas deportivas, fomentando, de esta forma, la vida sana para los niños y jóvenes de nuestra sociedad 2.0.

En el supuesto de seguir el modelo actual de ayudas en entidades deportivas privadas, nunca deberíamos de hablar de inversión en deporte pues realmente lo único que se hace es gastar en deporte.

Luis H-Cachalvite Manzano

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