Para
ciertas cosas no hace falta ser economista o futurólogo. Desde principios de
año, o quizás antes, sabemos que el gobierno plantearía una reforma fiscal que
implique una reducción en IRPF. No es que seamos muy listos, simplemente
sabíamos que en 2015 hay elecciones, por tanto, para finales de 2014 el
gobierno tiene que dar tres noticias: bajada de impuestos, crecimiento
económico y reducción del paro.
No
seré yo quien discuta el crecimiento económico o la reducción de la cifra de
parados, que como casi todos los datos y números tienen miles de
interpretaciones. Lo realmente vergonzoso y de mal gusto, es escuchar a los
representantes del gobierno leer cientos de artículos y post, donde nos instan a que aplaudamos el ahorro que supondrá la
reforma fiscal en nuestras nóminas durante el 2015 y, por consiguiente, el gran
favor que nos hacen desde el gobierno.
La
reforma fiscal realmente reduce los tipos de gravámenes del IRPF, es decir, en
enero cobraremos unos pocos euros más. El engaño está en que simultáneamente se
eliminan numerosas deducciones. Se eliminan, por ejemplo, las exenciones en
dividendos, las deducciones para las donaciones a fundaciones, las deducciones
por cuentas de ahorro y la deducción por obtención de rendimientos del trabajo
y actividades económicas.
Otras
de la medidas encubiertas que nos perjudicarán son la eliminación de los coeficientes de actualización y
abatimiento en las ventas de viviendas de segunda mano, dado que grava unas
plusvalías inexistentes.
Algo
que ningún gobierno debería hacer, sin entrar en ideologías o colores, es
utilizar los medios de comunicación para dar “bombo y platillo” a reformas de
manera sesgada, con el único objetivo de ganar votos en un año de elecciones.
Estamos utilizando al Estado como parte de la maquinaria electoral de los
partidos políticos, que aparte de ser de mal gusto, quizás debería ser
considerado como delito. El gran problema que tenemos, en nuestro país, es que
no es la primera ni será la última vez que ha sucedido o sucederá.
Luis
H.-Cachalvite Manzano
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