Publicado en La Voz de Galicia (Edición Ourense)el 3 de Julio de 2016
¿Saben cuando en las redes sociales puedes poner tu estado de ánimo? Pues el mío en estos momentos seria una mezcla entre cabreado, frustrado, desilusionado..., lo que viene siendo una situación de asco-odio con ciertos sectores de la sociedad ourensana, no sé si solo con la política, la industria o todo en general.
¿Saben cuando en las redes sociales puedes poner tu estado de ánimo? Pues el mío en estos momentos seria una mezcla entre cabreado, frustrado, desilusionado..., lo que viene siendo una situación de asco-odio con ciertos sectores de la sociedad ourensana, no sé si solo con la política, la industria o todo en general.
Si de algo estoy orgulloso
en mi vida es de ser de Ourense. Cada vez que estoy fuera de mi ciudad y
alguien me habla de lo bonita que es, o lo bien que se come, noto como mi
orgullo se hincha y no puedo más que sacar pecho y seguir haciendo patria.
También es verdad que en algunas ocasiones no nos queda más remedio que agachar
la cabeza, y reconocer que hacemos el ridículo en temas con grandísima repercusión
mediática, y que nadie más en el mundo puede entender porque lo hemos hecho tan
sumamente mal. El último de los ejemplos ha sido el no ascenso del COB a la
liga ACB, que sin saber cuál ha sido el oscuro motivo por el cual no ha
existido acuerdo entre políticos, bancos y dirigentes, reconocemos que será un
tema que nos pondrá la cara colorada a cualquier ourensano, tanto
de vergüenza como de rabia,durante mucho tiempo por la pésima gestión
realizada.
No voy entrar en criticar a
unos u otros, cada cual debe ser consecuente con sus actuaciones y decisiones.
Sin embargo, estoy seguro que ninguno ha valorado la pérdida de reputación de
la marca Ourense derivada de estos esperpentos. Ustedes imagínense que pensará
un inversor foráneo si ve el panorama, sinceramente si fuera inversor y estoy
negociando con algún organismo público ourensano,
me preocuparía por el posible efecto veleta de determinados actores
sociales de nuestra ciudad y de las sorpresas que me podría ocasionar un cambio
del aire.
Otro tema que no tienen en
cuenta los entes que toman determinadas decisiones es que eventos como partidos
de baloncesto, fútbol o rally, provocan un efecto de arraigo. Muchos ourensanos que viven fuera, vuelven a su ciudad;
no olvidemos que los colores de equipos deportivos son una de las grandes señas
de identidad de las ciudades. Si quieren pueden preguntar cuanta gente se
desplaza a Vigo, A Coruña o Santiago cada fin de semana para ver el fútbol o el baloncesto. Pero claro, en Ourense eso parece ser que nos da igual, claros
ejemplos son la destrucción de Club Deportivo Ourense, Ourense Fútbol Sala..., total como en Ourense apenas tenemos problemas para
evitar que se escape la población, nos podemos permitir
estos lujos.
Tengo que confesar que en su
momento, yo mismo tuve dudas sobre si era conveniente que las instituciones
públicas apoyaran a entidades privadas, podría decir que me encontré ante el
famoso Dilema del Prisionero, que plantea como dos prisioneros deben elegir
entre cuatro posibles decisiones y siendo siempre la mas optima la colaboración
entre ambos, puesto que así ambos ganan. En este caso los prisioneros serían
los organismos públicos y las instituciones
privadas, la decisión optima seria aquella en que lo publico ayuda al
privado y el privado genera un retorno al sector público. Ahora bien como casi
todo en este mundo la Teoría de Juegos, no valoró los intereses oscuros de
ciertos agentes y , que nosotros, vulgares aficionados! no somos capaces de
valorar pero por desgracia sufrimos pues se nos deja la miel en los labios y
casi nos obliga a ir a otras ciudades los fines de semana para ver nuestro
deporte favorito en vivo y en directo.