miércoles, 24 de septiembre de 2014

El deporte no es una empresa más

Publicado en La Voz de Galicia el 28 de abril de 2014
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2014/04/28

Por navidades saltó la noticia de que la Unión Europa había decidido meter mano en el mundo del fútbol español, atacando el hipotético beneficio que tienen los clubes de fútbol de nuestro país que aún no son Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) y siguen siendo clubes deportivos, teniendo, entre otros beneficios, importantes exenciones en el impuestos de sociedades.

Lo más sangrante y desesperante, en comparación con el resto de sociedades mercantiles españolas, no son las exenciones en el impuesto de sociedades sino la laxitud de la Administración Pública con las SAD, a las que permiten tener una deuda con la Agencia Tributaria de casi 600 millones de euros, contabilizando solamente los equipos de primera y segunda división, y casi 17 millones de euros adeudados a la Seguridad Social.

Ahora la gran pregunta: ¿Qué pasaría si estas deudas fueran de cualquier otro tipo de Sociedad Mercantil? La respuesta es clara: sufrirían grandes embargos, entrada en concursos de acreedores y posiblemente entrarían en liquidación, puesto que casi ninguna entidad financiera, administración pública o acreedores aceptarían esas beneficiosas negociaciones y quitas con las que son premiadas las SAD, con el único fin de mantener el entretenimiento público.

No debemos olvidar que más del 90% de los concursos de acreedores tienen como resultado el cierre y liquidación de la sociedad concursada. En cambio, ninguna de las grandes SAD concursadas han tenido que llegar al proceso de liquidación, aún teniendo importantes deudas, tanto con entidades públicas, financieras y privadas, en muchos de los casos gracias a los ventajosos convenios con sus acreedores. Pero lo más sorprendente son las enormes deudas y atrasos con sus propios deportistas y empleados, sin que nada suceda y permitiendo, en muchos casos, nuevas contrataciones o fichajes.

Pero el deporte tiene esa vertiente de vender la marca España fuera de nuestras fronteras, que tanto gusta dentro de ciertos sectores de nuestra sociedad. Pero no hay nada menos patriótico que anteponer la imagen en el exterior de España a los servicios que garantizan una vida digna y un futuro para los ciudadanos: derecho a la salud, una educación de calidad, becas, I+D y otras inversiones sociales.

Luis H.-Cachalvite Manzano

lunes, 22 de septiembre de 2014

¿Qué hay de lo mío?

Esto es lo que deberíamos preguntarnos la mayoría de los ciudadanos y pequeños empresarios, cuando escuchamos los espectaculares titulares que ha causado la comparecencia del Presidente del BCE. La verdad es que para la mayoría de los mortales, las grandes políticas macroeconómicas, aparentemente, no tienen repercusión en nuestro día a día. No obstante, la declaración de ayer debería tener, por lo menos, dos efectos reales en el corto plazo.

El primero será el abaratamiento de las hipotecas. Recordemos que el Euribor es el índice al que se referencian más del 80% de las hipotecas en España, y está muy ligado a la evolución de los tipos de interés. El segundo efecto será una mejora en la capacidad de financiación de las empresas, gracias a la bajada de tipos debería aumentar el flujo de crédito que ponen los bancos en el mercado. Cuanto más barato consiga financiarse una empresa, más capacidad económica podrá destinar a inversión y al mantenimiento del empleo.

Si realizáramos un análisis más en profundidad de la bajada de tipos, veríamos la existencia de muchos más efectos, más complejos de explicar y que, seguramente, nos afectaran en nuestra economía doméstica. Pero posiblemente nunca las veremos tan claramente en nuestro día a día. Sin duda, notaremos las nuevas medidas macroeconómicas al incrementar el consumo y la inversión, puesto que financiarse debería ser más barato, tanto para hogares como empresas, y debería ser un impulso a la débil recuperación económica del país.

Ahora solo necesitamos que las entidades financieras nacionales recojan los estímulos europeos y los lleven al mercado local. Esperemos que esta vez no encuentren mil argumentos y excusas legales en los cuales parapetarse para bloquear este nuevo estímulo financiero.


Luis H.-Cachalvite Manzano

viernes, 19 de septiembre de 2014

Deporte, ¿inversión o gasto?

Publicado en La Voz de Galicia el 18 de septiembre de 2014 (edición Ourense)


Por definición una inversión supone la compra de un activo con la intención de que nos proporcione algún beneficio en el futuro, frente al gasto que se puede entender como la simple compra de un bien.

Si aplicamos las definiciones de inversión y gasto a las aportaciones económicas que realizan las juntas autonómicas, diputaciones o ayuntamientos, a los equipos deportivos profesionales o a los organizadores de eventos deportivos, de tipo Copas del Mundo, vueltas ciclistas o competiciones de motor, surge una gran dificultad para saber si las aportaciones públicas son inversión o simple gasto. 
También es verdad que la organización de eventos deportivos suele tener un gran retorno socioeconómico para el territorio que lo organiza, pero habría que analizar el efecto que tendría dicha inversión destinada directamente a necesidades fundamentales de la sociedad, educación o sanidad, y analizar qué retornos nos interesan realmente.

Un equipo profesional o una entidad que se dedique profesionalmente a la organización de eventos, que por definición tienen ánimo de lucro y por tanto la búsqueda de beneficio para sus socios o accionistas, no deberían absorber recursos públicos a fondo perdido, dichos recursos se deberían invertir para la búsqueda beneficios en la sociedad a largo plazo, en general. Si finalmente los dirigentes siguiesen queriendo proporcionar ocio a los ciudadanos, tal vez deberían aplicar fórmulas de financiación alternativas, como se están aplicando al I+D+i, por medio de créditos blandos e interesantes periodos de carencia, pero con la obligación de retornar el capital y con responsabilidad sobre dichos fondos, por parte de los directivos de las sociedades beneficiarias.

Si en algún momento nuestros legisladores y dirigentes sienten la necesidad de apoyar al deporte, quizás, tan solo deberían plantearse invertir en equipos de base y escuelas deportivas, fomentando, de esta forma, la vida sana para los niños y jóvenes de nuestra sociedad 2.0.

En el supuesto de seguir el modelo actual de ayudas en entidades deportivas privadas, nunca deberíamos de hablar de inversión en deporte pues realmente lo único que se hace es gastar en deporte.

Luis H-Cachalvite Manzano

jueves, 18 de septiembre de 2014

Confianza Interior

Publicado en La Voz de Galicia el 14 de junio de 2014
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/ourense/2014/06/14/

Ahora empezamos a ver los grandes errores de planteamiento que tienen, para provincias como Ourense, las denominadas políticas a favor del emprendimiento. La teoría dice que el perfil del emprendedor español es un joven de entre 35 y 38 años con estudios secundarios y formación específica para crear un negocio; en Ourense quedaría reducido a un escaso 7% de la población, suponiendo que cumpliéramos todos los ourensanos todas las características.

Pero el error fundamental no está en la horquilla de población a la que se dirigen estas políticas, o en las diferentes medidas fomentadas y aplicadas en las continuas reformas legislativas. El error está en creer que todas las provincias y todos los sectores somos iguales y que todos tienen que internacionalizarse, especializarse o fomentar la investigación y desarrollo. No debemos olvidar que existe un importante mercado interior que está siendo incapaz de despegar, por falta de financiación bancaria y apoyo institucional, y que debe ser la base del tejido empresarial de las provincias, puesto que no solo son empresas las grandes fabricas y corporaciones, también lo son las pequeñas panaderías, tiendas de informática, carpinterías…

A lo mejor nuestros legisladores, tanto europeos como locales, deberían plantearse que la solución a la crisis no está solamente en grandes planes sectoriales, leyes de emprendedor y mega préstamos, quizás deberían recordar, y nunca más olvidar, que no todas las medidas nacionales afectan por igual a todo el país y a todos los sectores.

El primer eslabón de la cadena de medidas para llegar a la recuperación económico- empresarial debería ser la instrumentalización de medidas y políticas de impulso al mercado interno y restablecer la confianza interna, como punto inicial y fundamental para la aplicación del resto de medidas de crecimiento y creación de empresas puesto que, si ni siquiera los propios autóctonos tenemos confianza en el mercado interior, es imposible que los foráneos confíen en nosotros.


Luis H.-Cachalvite Manzano

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Las vueltas que da la vida



Publicado en La Voz de Galicia el 9 de julio de 2014

Algunos economistas siempre dijimos que la economía global son ciclos que se repiten el tiempo. Antes los ciclos tardaban décadas en cerrarse pero en esta nueva sociedad de la información en la que vivimos, los ciclos son cada vez más cortos o los hacen ir mucho más rápido. Un claro ejemplo es lo que está sucediendo con las tres grandes Agencias de Calificación de Riesgo: Moodys Investor Service, Standard and Poors Corporation y Fitch IBCA.

El comienzo del ciclo lo situamos justo en el momento anterior al comienzo de la crisis. Es la época en la que una buena calificación de las Agencias de Calificación de Riesgos era motivo de orgullo para cualquier país o entidad y una mejora en sus perspectivas; era anunciado y celebrado con gran algarabía por los dirigentes, tanto empresariales como políticos, como muestra de su buen hacer. Lógicamente las Agencias podían tener grandes errores, por ejemplo, la bancarrota de Enron o la quiebra de Lehman Brothers eran entendidas por todos y nadie se atrevía a hacer críticas.

La parte intermedia del ciclo sería la situación económica que comienza a ponerse difícil y las Agencias empiezan a bajar los raiting. En este momento, los dirigentes y sus entornos, que antes estaban orgullosos de las opiniones de las Agencias, empiezan con el trabajo de desgaste sobre las entidades de calificación, manifestando que son empresas privadas sin ningún tipo de responsabilidad sobre sus opinión.

Tanto era el poder de las Agencias que en agosto de 2011 decidieron poner en perspectiva negativa a Estados Unidos. En este momento se abre la caja de los truenos, el presidente Obama declara  “no importa lo que digan firmas como Standard & Poor's. Siempre seremos un país triple A"; el Banco Central Europeo publica un estudio en el  que muestra que las agencias de calificación tratan de forma más benevolente a los bancos que les proporcionan negocio por otras vías y los diferentes medios, afines a los degradados, empiezan a publicar informaciones sobre errores, accionistas y sobre la ausencia de responsabilidad de las agencias en sus declaraciones y calificaciones.

Como todo ciclo llega un momento en que se cierra y parece ser que ya estamos llegando. Hace unas semanas una Agencia de Calificación ha puesto en perspectiva favorable a España, alguna Comunidad Autónoma y alguna de las Entidades Financieras más importantes del país. La mejora de las notas de calificación es un gran impulso para sus economías y se hace un gran esfuerzo para que se conozca públicamente… no hace falta continuar puesto que parece que el ciclo comienza otra vez.

Sinceramente, aún creyendo que la economía se mueve por ciclos y que los ciclos se repiten en el tiempo, tengo demasiadas dudas sobre que el ciclo no esté siendo demasiado manipulado por los intereses oligopolistas de una serie de compañías privadas, que opinan y deciden sin ningún tipo de responsabilidad sobre el presente y futuro de millones de personas, solo teniendo en cuenta las necesidades de unos pocos dirigentes nacionales o mundiales que, en muchos casos, están totalmente influenciados por otros ciclos, como puede ser las votaciones para las elecciones políticas.

Parece ser que la vida da vueltas en función de las decisiones de unos pocos que mueven los ciclos a  la velocidad que mejor se ajusta a sus necesidades, sin pensar en nada más que la maximización de su propio beneficio y la de su entorno.



Luis H.-Cachalvite Manzano

martes, 16 de septiembre de 2014

La gasolina, sin oro por favor




Tras la presentación del último informe de supervisión sobre la distribución de carburantes en estaciones de servicio de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), se pone de manifiesto algo que las personas que viajamos habitualmente en coche fuera de Galicia, ya nos habíamos dado cuenta: el gasóleo en las cuatro provincias gallegas es el más caro de toda la península destacando sobre manera (en la actualidad el litro de gasóleo llega a ser 20 céntimos más caro en Ourense que en Portugal).


El precio del litro de gasolina o gasóleo tan solo depende en un 42 % del precio de cotización del famoso barril de petróleo Brent, recordemos que son cotizaciones en mercados de futuros, es decir, el precio que nos informan hoy los diferentes medios de comunicación no es aplicable hasta dentro de unos meses. Pero casualidades de la vida, al día siguiente las grandes petroleras nos repercuten los cambios de precio en las gasolineras, eso sí,  siempre que el precio suba, puesto que si es una bajada en la cotización suelen olvidarse durante semanas. El otro 58% del precio de las gasolinas son Impuestos indirectos y costes fijos, a lo cual Competencia nos puntualiza, en su informe, que los precios finales son «comparativamente más bajos» porque la carga impositiva en España es inferior a la Eurozona; sin embargo, Competencia  no puntualiza que el salario bruto de España es ciertamente inferior que la media de la Unión Europea. Por lo tanto, el  esfuerzo que supone para los españoles es claramente superior al de otros habitantes de la Unión.


Ahora toca reflexionar sobre como la comunidad, con la séptima menor renta per cápita, tiene los precios más elevados en la venta de gasolinas. Recordemos que a finales del año pasado se nos anunció una subida de varios céntimos por litro de combustible, para poder tener mejor sanidad en Galicia. Sin embargo, cuando el Tribunal de Justicia de la Unión Europea declaró ilegal el céntimo sanitario en Galicia la gasolina no bajó de precio.


Al final, nosotros, conductores gallegos, seguimos con el mismo sistema sanitario, pero debemos asumir un coste muy superior al resto de habitantes peninsulares, lo cual supone una clara desventaja competitiva frente a nuestros competidores. Aunque sinceramente, que la gasolina y el gasóleo estén a precio de oro, no sé si es culpa de los legisladores o de las grandes compañías petroleras; lo que tengo claro, es que cada día tiene mayor repercusión en la economía de nuestra Comunidad y nadie pone ningún tipo de mecanismo, real y no utópico, para hacer frente a esta situación.


Luis H-Cachalvite Manzano