Publicado en La Voz de Galicia el 18 de enero de 2015 (Edición de Ourense)
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/ourense/2015/01/18/tercera-velocidad
Aunque sea políticamente incorrecto, está claro que existen dos -o incluso tres- velocidades en la economía. Las de primera categoría son aquellas que ya empiezan a ver mejoras y una posible salida de la crisis, los famosos brotes verdes. Después están las economías periféricas, como Galicia, que serían de segunda velocidad y, finalmente, las provincias interiores de esas zonas periféricas, como Ourense y Lugo, en las que en muchos casos parece que ni siquiera existe la velocidad.
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/ourense/2015/01/18/tercera-velocidad
Aunque sea políticamente incorrecto, está claro que existen dos -o incluso tres- velocidades en la economía. Las de primera categoría son aquellas que ya empiezan a ver mejoras y una posible salida de la crisis, los famosos brotes verdes. Después están las economías periféricas, como Galicia, que serían de segunda velocidad y, finalmente, las provincias interiores de esas zonas periféricas, como Ourense y Lugo, en las que en muchos casos parece que ni siquiera existe la velocidad.
La evolución económica de Ourense siempre ha tenido cierto retraso respecto a nuestros vecinos costeros y también respecto a los grandes centros industriales nacionales. Un claro ejemplo está en la llegada tardía de los efectos de la crisis en la provincia, casi dos años después de que lo hiciera en las grandes zonas industriales. En su momento parecía una ventaja pero ahora vemos que al final a Ourense también llegó, y por desgracia, está tardando más de lo que querríamos en irse.
En clara lógica, una provincia como Ourense con una muy débil estructura industrial y donde el núcleo empresarial principal es la micro empresa y los autónomos, herramientas como la declaración de concursos de acreedores, para afrontar las dificultades económico-financieras de las empresas, han sido claramente menos utilizadas en todo este tiempo que en otros territorios.
Al fijarnos en el dato de empresas concursadas a lo largo del ejercicio del 2014 y compararlo con lo ocurrido en años anteriores, vemos que existe una muy ligera reducción. La gran duda está en saber si esa disminución fue debida al aumento en la velocidad de la economía ourensana, gracias al efecto de las políticas de activación económica e internacionalización, tan anunciadas por nuestros dirigentes, y al arrastre de nuestro vecinos más industriales. O en su defecto, que cuando un territorio con una tan débil capacidad industrial y empresarial, que se encuentra casi en fase de estancamiento económico, y que lleva varios años concursando empresas, llega un momento en el que donde no hay, ya no se pueden concursar.
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