http://www.lavozdegalicia.es/noticia/opinion/2014/04/28
Por navidades saltó la noticia de que la Unión Europa había decidido meter mano en el mundo del fútbol español, atacando el hipotético beneficio que tienen los clubes de fútbol de nuestro país que aún no son Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) y siguen siendo clubes deportivos, teniendo, entre otros beneficios, importantes exenciones en el impuestos de sociedades.
Lo más sangrante y desesperante, en comparación con el resto de sociedades mercantiles españolas, no son las exenciones en el impuesto de sociedades sino la laxitud de la Administración Pública con las SAD, a las que permiten tener una deuda con la Agencia Tributaria de casi 600 millones de euros, contabilizando solamente los equipos de primera y segunda división, y casi 17 millones de euros adeudados a la Seguridad Social.
Ahora la gran pregunta: ¿Qué pasaría si estas deudas fueran de cualquier otro tipo de Sociedad Mercantil? La respuesta es clara: sufrirían grandes embargos, entrada en concursos de acreedores y posiblemente entrarían en liquidación, puesto que casi ninguna entidad financiera, administración pública o acreedores aceptarían esas beneficiosas negociaciones y quitas con las que son premiadas las SAD, con el único fin de mantener el entretenimiento público.
No debemos olvidar que más del 90% de los concursos de acreedores tienen como resultado el cierre y liquidación de la sociedad concursada. En cambio, ninguna de las grandes SAD concursadas han tenido que llegar al proceso de liquidación, aún teniendo importantes deudas, tanto con entidades públicas, financieras y privadas, en muchos de los casos gracias a los ventajosos convenios con sus acreedores. Pero lo más sorprendente son las enormes deudas y atrasos con sus propios deportistas y empleados, sin que nada suceda y permitiendo, en muchos casos, nuevas contrataciones o fichajes.
Pero el deporte tiene esa vertiente de vender la marca España fuera de nuestras fronteras, que tanto gusta dentro de ciertos sectores de nuestra sociedad. Pero no hay nada menos patriótico que anteponer la imagen en el exterior de España a los servicios que garantizan una vida digna y un futuro para los ciudadanos: derecho a la salud, una educación de calidad, becas, I+D y otras inversiones sociales.
Luis H.-Cachalvite Manzano
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